La contra de la vanguardia : "Pedimos a los demás aquello que nosotros no nos damos" - Pilar Arlándiz, psicóloga y terapeuta familiar
Per IMA SANCHÍS - Tot l'article aquí
Hay que criarse
Gemma
Baulies (pediatra homeópata) y Pilar Arlándiz han creado, fruto de sus
30 años atendiendo a niños y familias, el concepto de crianza
transversal, según el cual la crianza es la construcción de una relación
que dura toda la vida y que afecta a cualquier franja de edad. "Las
relaciones que tenemos con nuestros hijos cuando son pequeños van a ser,
en un alto porcentaje, las mismas que tendremos cuando sean adultos",
escriben en La aventura de relacionarse (guía práctica para
padres e hijos de todas las edades), el primer libro de una colección
que pretende ayudarnos a mejorar las relaciones familiares que tanta
influencia tienen en todos los aspectos de la vida.Sí, se mantiene en la adultez. Continuamos necesitando su aprobación y su complicidad a lo largo de toda nuestra vida.
¿Y si ellos desaparecen?
La buscaremos entre los que nos rodean, especialmente en la pareja.
¿Seguimos actuando como niños?
En el peor de los casos mantenemos las frustraciones, la rabia, la soledad o la impotencia que en algún momento sentimos. Somos presa de una relación que se gestó en la infancia y que no se ha podido cambiar.
Pero es reversible.
Por supuesto. La observación de cómo nos relacionamos con la pareja, los hijos o los amigos... nos da el material sobre el que trabajar para

¿Qué hacemos con la culpa?
Repetirnos aquello que nos decíamos en la infancia: "No lo haré más", y no regodearnos en ella. La culpa exige protagonismo, hay que quitárselo y dárselo a la nueva acción de cambio.
La culpa perpetúa actitudes.
Sí, y eso nos lleva a la importancia del perdón, algo que es esencial transmitir a nuestros hijos. El perdón nos da una nueva oportunidad para

Mis carencias ¿serán las carencias de mis hijos?
Acoplamos lo aprendido a quienes somos, por eso es tan importante preguntarnos qué relación queremos construir con nuestros hijos teniendo en cuenta

Alguna vez.
Nos han transmitido cosas muy positivas, pero habrá otras que queremos cambiar y que, aunque sutiles, son fundamentales, por ejemplo el tono de voz que utilizamos con nuestros hijos. Preguntémonos qué ocurriría si nuestro hijo lo utilizara con nosotros.
Acabarán utilizándolo.
Solemos pedir a los demás aquello que nosotros no nos damos ni damos. Y a menudo eso que no nos gusta de nosotros lo vemos reflejado en el otro, y es lo que más nos irrita del otro.
¿Cuál es la base para

A través del acompañamiento y no de la defensa, del "¡Pero tú qué te has creído!". Hay que observar cómo vivimos el no de nuestros hijos; si lo vivimos como un desafío, sentiremos la necesidad de defendernos.
¿Qué propone ante un "no me quiero duchar"o "no quiero estudiar"?
Comprender que le dé pereza y argumentar. Entender la emoción del otro evita que vivamos esa situación desde

En las familias se discute.
Muchas de las disputas suelen ser una escalada: yo te digo, tú me dices, yo respondo, y va subiendo el tono. Si podemos no subirnos a este carro, si somos conscientes de que lo que hay detrás de esa escalada es dolor y somos capaces de aplazar la conversación para

Resulta curioso que aquello que detestabas que te hicieran tus padres es lo que acabas haciéndoles a tus hijos.
Son las respuestas emocionales que hemos aprendido. La interrogación propia debe ser constante; si no, se actúa automáticamente.
¿Cuáles son las preguntas esenciales?
De qué tipo

¿En qué debe sustentarse la relación con los hijos?
Los cuatro pilares esenciales son el amor, la seguridad, la confianza y el respeto. Y cuando hablo de amor me refiero al físico (caricias, abrazos, besos) y al verbal.
Un "te quiero" frío es bastante inútil.
Si nuestro rostro refleja enfado, el "te quiero" no llega. El amor no puede ser de quita y pon: "Ahora

El niño lo percibe.
Sí, y lo que le estamos transmitiendo es que no puede confiar en lo que él siente. La seguridad es transmitir que podemos hacer cosas incluso en los momentos más complejos. La confianza se construye desde

Calma y conciencia.
Esos cuatro pilares primero hay que dárselos a uno mismo, sólo así puede emerger la conciencia, es decir, el grito que se transforma en respiración, la ira en paseo, en una conversación aplazada. Hay que ir modificando las propias actitudes que no nos gustan e ir adquiriendo nuevas habilidades.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada